APARTADO DE JUEGOS TRADICIONALES

Tengo una idea para la cual necesito un poco de ayuda. Quiero crear en el blog un apartado de juegos tradicionales, más inclinado a juegos de exterior ya que hemos entrado en la primavera y podemos aprovechar un poco más la luz del día. Si se os ocurre algún juego, me podéis enviar un correo a mi e.mail explicando un poco cómo funciona el juego y yo lo publicaré en este blog; mi cuenta de correo es: mluzsolis@gmail.com. Gracias a todos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

EL HADA MADRINA DE JAIME

Era una noche de verano. El cielo estaba lleno de estrellas, allí arriba muy lejos, que brillaban un montón, porque, como no había luna, la noche estaba muy oscura.
Jaime y Carlos estaban corriendo por la explanada de la casita de campo que tenían los padres de Jaime. Los padres de Carlos eran muy amigos de los padres de Jaime y se habían juntado esa noche para cenar.
Los niños estaban un poco nerviosos porque normalmente no iban a cenar a ningún sitio. Sobre las nueve, más o menos tenían que irse a dormir y esa noche ya era muy, muy tarde, casi las once y todavía estaban jugando por la calle.
Mientras los padres estaban charlando muy contentos en el porche de la casita, Jaime y Carlos querían ir a por las bicicletas que estaban detrás de la casa, en la cochera.
Jaime le dijo a su papa:

- Papá, ¿podrías encender las luces de alrededor de la casa, por favor? Es que no vemos nada y queremos jugar con las bicicletas un rato. ¿Podemos papá?
- Claro que sí, hijo mío. Voy inmediatamente.

El padre de Jaime, se llamaba Ramón y era un señor muy amable que tenía cara de buena persona. Jaime decía que a veces lo reñía pero sólo cuando se portaba mal.
Se metió dentro de la casa y apretó unos botones …… .De repente toda la parte trasera de la casa se iluminó y los niños fueron rápidamente a coger las bicicletas.
Estuvieron un rato con ellas y cuando se cansaron cogieron los patinetes. Hacían carreras muy rápidas entre ellos, primero ganaba Jaime, después Carlos. Zzzzzzzzaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssch, se escuchó.
Carlos miró hacia atrás y vio que Jaime estaba en el suelo medio llorando. Se había caído. Se había roto el pantalón y tenía una herida en la rodilla.
Carlos iba a gritar para llamar a alguien pero de pronto, una lucecita brilló al lado de ellos y apareció una chica vestida como una princesa que les dijo:

- Espera Carlos. No pasa nada. No te preocupes que yo curaré a Jaime.
- Pero, pero, ¿quién eres tú? –dijo Carlos.
- Soy el hada madrina de Jaime. Vosotros normalmente no me veis pero yo siempre estoy ahí con vosotros para que no os pase nada malo.

Cogió su varita mágica y dijo unas palabras que no entendieron. Empezó a salir agua de la varita, el hada cogió un poco de ella y se la puso en la rodilla de Jaime.
La herida se curó enseguida y ya no le hacía daño.

- Ahora me voy, seguid jugando, buenas noches.

Jaime y Carlos se fueron corriendo hacia donde se encontraban sus padres a contarles lo que les había pasado. Pero ellos escucharon la historia y se miraron unos a otros. Dijeron:

- Creo que estáis un poco cansados ya, jugad un poco más y enseguida nos iremos a dormir.

No creyeron nada de lo que les habían contado, se creían que estaban de broma. Jaime y Carlos volvieron a insistir en que todo era verdad, pero no les creyeron.
Entonces Jaime se acordó del pantalón y dijo:

- Mirad!!!!

Los padres de los dos niños vieron el roto en el pantalón y no sabían qué decir. El hada los miraba desde su mundo y se reía con cariño. Pero continuaron charlando muy contentos y los niños se fueron a jugar un rato más.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

-FIN-

viernes, 7 de agosto de 2009

PREMIO ROXIE


El premio Roxie, me lo ha otorgado Encarni, de http://infantilenelsedofeito.blogspot.com/. Gracias Encarni, eres un sol, siempre me estás mimando. La verdad es que ya llevo tiempo sin colgar nada en el blog. Estoy un poco perezosa y tengo un poco de trabajo también completando otro blog que hemos creado mi hermana y yo. Espero poder estar más en forma antes de que llegue la vuelta al cole.
Como habréis podido comprobar, no suelo hacer entradas de los premios que me entregan. Sí que doy las gracias a todos los que me los otorgan y los coloco como gadgets, enlazando el blog correspondiente, pero hoy tengo ganas de escribir un poquito y lo voy a entrar, por Encarni.

Después de la charla anterior, vamos con el premio que tiene las siguientes reglas:

Decir qué cosas te gustan de los siguientes campos:

1.- Música: mucha, pero sobre todo en español.
2.- Televisión/cine: algunas series españolas, las comedias, las películas históricas, etc.
3.- Países que me gustaría conocer: En este momento, me apetecería ir a.......... mmmm.... Argentina, por ejemplo.
4.- Colores favoritos: rojo, negro, blanco, azul marino.
5.- Hobbies: leer, escribir, jardinería, "hablar", sí, aunque parezca extraño, creo que para mí es un hobbie, jugar a tenis, pintar, irme de excursión por la montaña, etc., etc....

Y ahora toca compartirlo con alguien, pero, como normalmente no doy premios, éste lo voy a repartir con todos los que me siguen, ya que todos tienen unos blogs estupendisimos y no se a quién elegir. Un saludo y un abrazo muy fuerte a todos los que se pasan por mi blog. Gracias.

viernes, 26 de junio de 2009

JUEGOS TRADICIONALES AL AIRE LIBRE



Como ya dije hace algún tiempo, estoy recopilando poco a poco una sección de juegos tradicionales. Podemos entretenernos enseñando a nuestros hijos unos valores que se pierden con el tiempo, y digo ésto, porque queramos o no, las cosas han cambiado. No nos fiamos de la gente que nos rodea, únicamente de los más allegados y con restricciones, así que no podemos dejar a nuestros hijos que jueguen solos ni siquiera debajo de nuestra casa. Además todos estamos demasiado ocupados para "perder el tiempo" en el parque, así que, en cuanto podemos, A CASA. Allí se está más tranquilo y mientras, podemos adelantar. ¿Es así o no?
Pues, como no debe ser así..., como debemos de "perder el tiempo" un poco más jugando con nuestros hijos, voy a explicaros algunos entretenimientos, de los cuales, algunos, los he encontrado en una revista de las que me gustan a mí. En este caso concreto, es la de MAESTRA INFANTIL, de Junio de 2.009.






JUEGOS PARA EL VIAJE







BUSCO Y VEO

El jugador que comienza dice: "busco un coche rojo". Los demás jugadores "buscan" mirando por la ventanilla del coche, autobús o tren hasta que consiguen divisar un coche del color propuesto. El primero que lo vea lo dice en alto y lo señala con el dedo. El ganador elige el siguiente objeto que hay que buscar, el cual se puede complicar más dependiendo de la edad de los niños: "busco un coche azul con remolque", "busco una caravana con bicicletas detrás", ....


TRABALENGUAS

Comenzaremos diciendo un trabalenguas sencillo y muy despacio, por ejemplo: "Pablito clavó un clavito... ¿qué clavito clavó Pablito?. Cuando niñas y niños consigan retenerlo, lo diremos más rápido y buscaremos otro trabalenguas más complicado:"Un tigre, dos tigres, tres tigres comían trigo en un trigal", "el cielo está enladrillado, ¿quién lo desenladrillará? El desenladrillador que lo desenladrille buen desenladrillador será".

ME LO INVENTO

Buscaremos una palabra o frase que encontremos en algún cartel, letrero o valla publicitaria. Partiendo de la frase, entre todos, inventaremos una historia o cuento. Podemos seguir un orden y cada ocupante dirá una frase.
Variante: antes de empezar se escoge un género para la historia: será de risa, de miedo, de aventura....


CANCIONES INVENTADAS (Este es de nuestra cosecha)

Por experiencia, a mis hijos lo que más les gusta es inventarse canciones, con las cuales, nos morimos de risa. Por turnos vamos inventando una canción cortita y primero decimos el título. A partir de ahí, ya cada uno se inventa la canción con la música que quiera la cual no tiene mucha importancia porque con la letra, ya tenemos bastante. Salen cosas divertidamente impresionantes.


MARCAS DE COCHES (Este es de nuestra cosecha)


Otro juego, al cual ahora jugamos muchísimo, es a ver la marca del coche que viene por el otro carril contrario. El primer coche que venga será para uno de los ocupantes, el siguiente para otro, y así sucesivamente con todos los que vayan en el coche.
Así, se dice el primer coche que pase para mí. Y cuando pasa se dice la marca y si es nuevo o no, los demás dicen, ¡Ala, qué chulo! o dicen: Ja, ja, te ha tocado un "cacharrete". Lo peor de todo es, cuando pasan muchos y demasiado deprisa, entonces se monta un jaleo porque ya no se sabe el turno de quien le toca, pero no pasa nada, se vuelve a empezar.


lunes, 25 de mayo de 2009

PEQUEÑOS ARTISTAS

En el cole de mis peques (uno de 5 años y otro de 3), han hecho una exposición de arte. Os explico: con el lema, El Arte entra en el cole ("L'Art entra al cole"), los niños de infantil han ido creando esculturas, dirigidos por las profesoras, por supuesto, y por un escultor local, el cual se ha ofrecido a organizar la exposición y a ayudar a los niños, explicándoles todo el proceso de creación y ordenación de las esculturas y pinturas.

Mi hijo de 5 años estaba muy ilusionado, cuando, esta tarde, todos los padres y el cole en general, hemos podido disfrutar de una exposición al aire libre con todas las creaciones que han estado realizando entre todos a lo largo del curso.

¡¡¡ESTO LO HE HECHO YO!!!, decía.
¡¡¡YO HE PINTADO TODO LO DE AZUL!!!

Además, muchas de las figuras y esculturas están realizadas con materiales reciclables que han traído los niños de sus casas, por ejemplo, juguetes inservibles, CD's que no funcionaban, tubos de cartón del papel de cocina o del papel higiénico, lanas, telas, etc., y los niños identificaban sus objetos y significaba mucho para ellos el que estuvieran allí, expuestos delante de toda la gente.
Otras obras están hechas de materiales que el escultor utiliza para su trabajo y que ha enseñado a manejar a los niños. Han utilizado técnicas del papel mojado, se han forrado sillas de bolitas de papel y tapones metálicos, han gastado cuerda y papeles de todo tipo, como el papel de celofán, el papel metalizado, papel de seda, papel de estraza, etc.

Cada una de las obras venía presentada con su nombre en un cartel colgado con cuerdas a los árboles, con lo que la exposición todavía era más espectacular. "(L' arbre diferent), "El árbol diferente", (El llibrell màgic), "El librillo mágico", (El quadre viu), "El cuadro vivo", son diferentes nombres de las esculturas expuestas.

En fin, seguramente, habrá gente que no le habrá dado ninguna importancia pero yo, madre de dos niños de infantil, estoy genialmente emocionada de lo que han podido obtener las maestras/os de ellos, y espero, aunque estoy casi segura, que ellas/os hayan disfrutado tanto o más que sus propios alumnos. (En realidad, se les veía en la cara).

Quiero aprovechar este espacio para dar las gracias a este escultor local, del cual no digo nombre pues no he pedido permiso alguno, ya que ha tenido muchísima paciencia y se ha dignado a corresponder al deseo de mis hijos esta tarde: hacerse una foto con su maestro de arte. La verdad, todo hay que decirlo es que se les llenaba la boca al decir su nombre; eso se llama admiración, creo.


Dentro de poco os subiré las fotos para que las veáis.

viernes, 22 de mayo de 2009

CUCA EN LA PREHISTORIA

Este cuento se lo dedico a Susana del blog: LA INFANCIA, UN TIEMPO ÚNICO http://lavakitanikolasita.blogspot.com/, y para sus pequeños alumnos. Espero que os guste.


Hace miles y miles de de años, incluso millones de años, existían en la tierra unos hombres que tenían que pescar y cazar para poder comer. No había supermercados para comprar comida, ni tiendas de ropa ni de zapatos, sólo montañas con árboles y cuevas. No existía el dinero ni tampoco tenían una casa donde vivir. Tampoco había coches, ni motos. No había trenes, ni aviones, ni siquiera bicicletas, así que la gente tenía que ir siempre andando de un lugar a otro buscando agua y comida
En esa época, que se llamaba PREHISTORIA, una niña llamada Cuca vivía con su padre, su madre y su hermano Castor en una cueva en la montaña. Esa cueva estaba al lado de un río muy grande, donde pescaban, jugaban y cogían frutos secos, y su padre se iba lejos, al bosque, a cazar conejos para que todos pudieran comer.
No estaban solos, ya que en la prehistoria muchos amigos de la misma familia vivían juntos y así formaban los clanes y después poblados.
Cuando por la noche, venían los padres, entre todos preparaban una hoguera, pero, como no tenían cerillas ni mecheros para encenderla, cogían dos piedras y las golpeaban una contra otra y poco a poco, muy lentamente, aparecía una chispa, CHISP…., y enseguida le ponían paja seca o hierba, se encendía y aparecía el fuego donde preparaban la cena para todos.

Vivían de maravilla, aunque Cuca, tenía un problema: CHASQUI.




Chasqui era un gliptodonte, sí GLIPTODONTE. ¡Qué palabra más difícil! ¿Verdad? Pero así se llamaba este bicho tan raro que vivía en la prehistoria.

Era un animal enorme, más o menos como un dinosaurio, Y vivía cerca de allí. Tenía escamas y una cola muy grande para defenderse de sus enemigos. Era muy lento, muy lento, caminaba muy despacio: POOOOOM, POOOOOOM, POOOOOM. y comía insectos, gusanos y bayas. Cuca le tenía mucho miedo y cuando oía algún ruido siempre pensaba que era él.

- ¡QUE NO, QUE NO ES CHASQUI! - Le decían los demás a Cuca.
- ¿Seguro? - Preguntaba Cuca.
- Que sí, que no hay nadie por aquí. –Decía su hermano Castor.
Cuca, se quedaba más tranquila cuando su padre salía y le decía:
- No hay nadie Cuca, ven y verás.
Y le cogía la mano y se la llevaba a dar una vuelta por el campamento. Era verdad, no se veía a nadie por ninguna parte.

Un día, estaban Cuca y sus amigos jugando: unos, a tirar piedras al río, otros, a bañarse debajo de una catarata y otros al escondite por las cuevas y los agujeros que hacían algunos animales.
Había mucho jaleo y se hizo un poco tarde. Todos los niños fueron a sus cuevas esperando que sus padres trajeran algo para la cena. Cual fue su sorpresa cuando vieron llegar a todos con las manos vacías. Venían muy cansados y con las caras muy tristes. Hoy no había nada para cenar y seguramente no habría nada para comer al día siguiente.

Cuca también se puso muy triste. No sabía qué podía hacer para ayudar.

No quería irse a ningún otro sitio, porque allí se estaba muy bien y era muy bonito, pero, si no encontraban pronto comida, tendrían que recoger todas sus cosas y ponerse en marcha hacia otro lugar, no se, a África, o a América o a Asia quizás.

Estaba medio dormida Cuca, debajo de un árbol, cuando, de repente, oyó un ruido. Cuca se asustó porque pensó que era CHASQUI. No lo había visto nunca pero le habían contado cosas malas sobre él.
Se levantó corriendo y miró por un lado, no vio nada, miró por el otro, tampoco vio nada y de repente, cuando había vuelto a sentarse: ¡CU-CU!, le salió por detrás CHASQUI. ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!- Gritó Cuca.
- No, no te asustes. –Le dijo el gran animal, no te voy a hacer nada.
- ¿Hablas? –Dijo Cuca, temblando un poco.
- Sí, pero sólo a ti. –Dijo Chasqui. Es que no quiero que me tengas miedo. Solo quiero ser tu amigo.

Cuca no se creía lo que estaba oyendo, hasta que al final, se acercó a Chasqui que se
había acostado en el suelo.
- Hola, le dijo Cuca.
- Hola, -dijo Chasqui, he venido porque he oído que no tenéis mucho para comer.
- No. Dijo Cuca muy triste. Nuestros padres no han encontrado nada y seguramente nos iremos mañana por la tarde.
- ¿Quieres que te cuente un secreto? –le dijo Chasqui.
- Vale.
- Ven conmigo, te enseñaré una cosa. –dijo Chasqui.
Cuca, no se fiaba mucho, pero pronto se dio cuenta que Chasqui solo quería ayudar y le siguió.
Llegaron a una cueva que estaba escondida entre árboles y piedras. Chasqui movió la cola y zzzzzzaaaaaaaaaassssssss!!! De un golpe quitó de la entrada una gran piedra que no dejaba pasar hacia dentro.
Cuca se asustó un poco y se tapó la cara con sus manitas. Cuando se las quitó poco a poco: ¿Sabéis lo que había en la cueva?
Un montón de cosas buenas para comer. Había frutos secos como piñones, almendras, nueces, avellanas. También había frutas: uva, naranjas, manzanas, plátanos, peras, tomates. Y además en el sitio más fresquito de la cueva había leche, pescado, carne y muchas verduras y hortalizas como, carlotas, espinacas, cebollas, patatas, habas y muchas cosas más.
Chasqui le dijo:
- Voy recogiendo todas estas cosas y las pongo aquí escondidas en esta cueva. Así tengo comida para muuuuchos días y semanas.
Le dijo que podían ir a coger de la cueva todo lo que quisieran y le enseñó a Cuca y a su familia cómo podían plantar las semillas para que pudieran tener frutas y verduras todo el año y no tuvieran que ir siempre de un lugar a otro.
A partir de entonces Cuca y Chasqui siempre estuvieron juntos y se cuidaban de que todo el mundo estuviera contento y feliz.


Y COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO SE HA ACABADO.





Mª Luz Solís Rodríguez 19-05-2009


miércoles, 6 de mayo de 2009

EL OCEANOGRÁFICO

Hola a todos de nuevo: he tardado un poco en actualizar el blog pero, en fin, para qué dar excusas sin justificar. Aquí vuelvo para traeros unas fotos del oceanográfico. Tendréis que disculpar que hayan salido oscuras las realizadas en el interior, pero están hechas sin flash, para que los peces no sufran. El día 1 de Mayo nos fuimos para allá con mis hijos de 4 y 5 años, los cuales, se quedaron anonadados con los delfines y tiburones. A mí, personalmente, me encantó la beluga. Me pareció el animal más gracioso y simpático que he visto jamás. Es enorme, con una cara tan tierna que parecía que se estaba riendo. Se miraba coqueta en el espejo y parecía saludarnos a todos los que la mirábamos, mientras flotaba en su inmensa piscina. En general, es un lugar perfecto, para pasar un día genial con los niños rodeados de animales alucinantes.



Algunos datos publicados en el folleto que nos entregan al entrar:

- El Oceanográfico es el acuario con mayor diversidad de especies del mundo.
- Hay un túnel que mide más de 70 metros de largo.
- Para depurar toda el agua del Oceanográfico se tarda 4 horas. Tiene más de 25 Kilómetros de tuberías.
- En el Oceanográfico hay más de 45.000 ejemplares de 500 especies diferentes que ocupan nueve torres submarinas.


La dirección es Av. Autopista del Saler 46013 Valencia (España) www.cac.es

viernes, 24 de abril de 2009

¡PREMIO BLOG DE ORO!

Ésto de recibir premios es muy gratificante. Me motivan muchisimo para continuar con mis cuentos, agregando la necesidad de querer saber más sobre todos los blogs que sigo y los nuevos que me encuentro por el camino.
Siguiendo con las reglas, mis blogs nominados en este caso por diversos motivos son:


jueves, 23 de abril de 2009

¡QUÉ BRUJAS TAN GRACIOSAS!

Hace muchos, pero que muchos años, en un país muy lejano vivía una niña llamada Catalina. Vivía con su madre, que se llamaba Marta, en una especie de castillo muy viejo en la cima de una montaña muy, muy, pero que muy alta.

Catalina y su madre no tenían mucho dinero, pero aquella casa había sido de su abuelo y ahora vivían ellas allí.

Tenían dos vacas y dos cabras que daban leche cada día. Así ellas podían beber toda la que querían y con la leche que sobraba hacían queso y lo vendían en el pueblo.

Los vecinos querían mucho a Marta y era muy conocida porque era muy simpática y a todos ayudaba en lo que podía.

Un día llegó un señor con un traje muy bonito, que construía casas y llamó a la puerta de Catalina.

Su madre se había ido al pueblo a hacer la compra y Catalina no abrió. Preguntó: ¿quién es?, y el señor le respondió – Hola, buenos días, me gustaría hablar con tu mamá. Catalina le dijo: - En este momento no está y no puedo abrirle señor.

- No pasa nada, dijo el hombre. Ya volveré otro día.

Cuando Marta llegó de comprar, Catalina le contó inmediatamente lo que había pasado. Marta, se extrañó muchísimo ya que nadie iba por allí desde hacía mucho tiempo.

Al día siguiente, Marta estaba ordeñando una vaca y el señor que construía casas apareció por allí de nuevo. – Hola, buenos días, dijo el señor.

- Hola, buenos días, dijo Marta.

Catalina, llegó en ese momento de arreglar su habitación e iba a ayudar a su madre a ordeñar las cabras. –Mamá, este es el señor que vino ayer.

- Sí, señora, vine ayer, pero como no estaba…., sólo quería hablar un momento con usted.

- Dígame, le dijo Marta.

- Bien, yo quería decirle que quiero hacer aquí unas casitas de campo para que viva mucha gente y me interesa comprar su casa. Le pagaré bien y podrá irse a vivir al pueblo a una casa mejor que ésta. –le dijo el señor.

- Ni pensarlo, -dijo Marta, esta ha sido la casa de mi familia desde siempre y nosotras vivimos aquí. No la venderemos nunca.


(Pinta la casa de Marta y Catalina)

El señor se fue muy enfadado de allí, y Marta y Catalina se abrazaron. No querían irse de allí, ya que en el

pueblo no podrían tener cabras ni vacas. Además se habían acostumbrado a estar allí en la montaña con los árboles, los jardines, la tierra. No sería igual.

Pero el señor que construía casas, quería esas tierras para construir sus casitas de campo, así que empezó a decir por todo el pueblo que Marta, la madre de Catalina, era una bruja. ¡¡¡OOOHHHH!! ¡¡¡Qué malo era!!!¡¡¡Eso era una mentira muy grande!!!!. Dijo que había visto a Marta con una gran escoba y un gorro y que volaba por el cielo en compañía de su hija. ¡Qué señor más mentiroso! Pero los vecinos de la ciudad no lo sabían y se creyeron la historia.

Poco a poco fue convenciendo a todos los vecinos de que tenían que tirar de allí a esa bruja. Muchos, que eran amigos de Marta y Catalina, pensaban que eso no era verdad pero como los demás decían cosas muy malas de ellas, que eran todas mentiras, al final se lo creyeron.

Cuando la madre de Catalina bajaba al pueblo, todos la miraban y no le compraban nada de queso ni leche. Y Marta ya no sabía qué hacer porque así no tenían dinero y no podían comprar cosas para poder comer.

Incluso Julia, que iba al colegio con Catalina, y era su mejor amiga, ahora no quería ni hablarle. Pobre Catalina, no sabía qué hacer para convencer a su amiga de que todo era una gran mentira de ese señor para poder hacer allí las casas y ganar mucho dinero.

Entonces, cuando Marta estaba a punto de vender la casa para irse a vivir a otro lugar, a Catalina se le ocurrió una idea: mamá – dijo Catalina, vamos a decirle al señor que quiere la casa que queremos hablar con él. Entonces, quedaron en el colegio del pueblo y los vecinos, que se habían enterado de que iban a bajar de la montaña fueron a ver qué pasaba. Catalina y su madre se vistieron de brujas. Habían ido a comprar un disfraz para cada una al pueblo de al lado y les habían hecho unos sombreros larguísimos con una gran estrella pegada en el centro. Habían cogido dos escobas que gastaban para barrer las aceras y se habían pintado un poco la cara de verde para parecer un poco más brujas.

¡Qué risa daban!

Catalina y su madre, muy serias, llegaron por la puerta de atrás, entraron muy despacio y UUUUUUHHHHHH!!!!, les dieron un susto a todos los vecinos que estaban allí, esperándolas.

La gente se asustó mucho y salió corriendo de allí, pero, de repente, comprendieron que todo era una broma. El señor que construía casas, que estaba allí mirándolas con la boca abierta, les dijo, - Pero, ¡si era mentira! Vosotras no soy brujas, me lo había inventado todo. Y todos los vecinos lo oyeron y empezaron a comprender la gran mentira que les había contado. Se enfadaron mucho porque pensaron que, se habían creído la historia de un desconocido y no la de Marta que era una vecina muy buena. Le dijeron que se fuera del pueblo inmediatamente.

Todo el mundo pidió perdón a Marta y a Catalina, incluso Julia, que, llorando, le dijo que nunca más desconfiaría de ella, ya que era la mejor amiga que jamás había tenido.

Catalina y su madre estaban muy graciosas vestidas de brujas así que entre todos decidieron hacer una ¡GRAN FIESTA DE DISFRACES! Y así todos se disfrazaron y jugaron a tirarse globos de agua y comieron aceitunas, papas y pasteles que es lo que se come siempre en las fiestas ¿verdad?

Este cuento tiene una gran moraleja escondida:

- NO SE DICEN NUNCA MENTIRAS,

Y otra gran moraleja:

- NUNCA HAGAS CASO DE LO QUE TE DICE UN DESCONOCIDO.


Colorín, colorado, este cuento se ha terminado.

Mª Luz Solís –Abril 2.009

lunes, 20 de abril de 2009

EL CICLO DE LOS GUSANOS DE SEDA

















Una maravilla de la creación

El gusano de seda causa sensación

Comen y comen hojas de morera

No se cansan y la quieren entera

Hacen su nidito y se meten dentro

Después de 15 días, ¿qué hay en el centro?

¡Algo ha pasado! ¿Es una rosa?

No, del capullo sale una mariposa.

Es un milagro de la naturaleza,

Ahí tan pequeñas, entre la maleza.

Tienen muchos huevos, blancos como la nieve,

Y otros gusanitos vendrán para el año que viene.


Mª Luz Solís – Abril 2009

viernes, 17 de abril de 2009

Ruta por "LA MURTA" (Alzira)

LA MURTA (Paraje natural de Alzira)

Es un paraje natural poco conocido por los valencianos. Está situado en el municipio de Alzira (Valencia). En ella existen unas balsas, fuentes y un lago en el jardín del antiguo monasterio que hacen de la Murta un lugar espectacular e inigualable. Entre los verdes prados, aparece una especie de ciudad antigua con riachuelos y manantiales que en esta época del año están realmente impresionantes. Hay una caseta y un guarda forestal a la entrada al recinto, donde te piden el nombre y D.N.I. para tener un control de las personas que entran y salen en cada momento. La señalización de rutas es muy útil y completa. Es un paraje con sendas y senderos desconocidos, una vegetación exuberante y un cuidado excepcional. Os invito a recorrer esta construcción que envuelve al caminante de una especie de soledad y tranquilidad abrumadora.

Para mí es un lugar muy especial, mágico, intrigante. Me cautivó desde el primer día que lo encontramos, por casualidad, ya que es difícil llegar hasta allí si no conoces este término.

Aquí os dejo unas fotos para que juzguéis vosotros mismos:




Ruta por "LA MURTA" (Alzira)

lunes, 13 de abril de 2009

GRACIAS A TODOS POR LOS PREMIOS

Estoy más que contenta por los regalitos que me habéis hecho. Esto me motiva para seguir escribiendo aunque creo que no es para tanto. De todas formas, primero, creo que los blogs que yo conozco y que les daría el premio, ya lo tienen, por tanto no creo que sea conveniente repetir otra vez y segundo, no estoy muy ducha en esto de los blogs pero muchiiiisimas gracias de corazón. Me han encantado.

GRACIAS A PAULA DEL BLOG:

http://educadoraseduquemosconamor.blogspot.com/

GRACIAS A YOLANDA CASTRO DEL BLOG:

http://cuantoaprendemos.blogspot.com/

GRACIAS A SUSANA DEL BLOG "LA INFANCIA, UN TIEMPO ÚNICO":

http://lavakitanikolasita.blogspot.com/





Me han concedido el PREMIO VIOLETA , que representa según sus creadores, “las sensaciones que el color violeta trae para nuestra mente. Este premio es dado a los blogs que tienen algunas de las sensaciones del color violeta. Son algunas de ellas: magia, encantamiento, gracia, magnetismo... y todo aquello que parece mágico".Este hermoso premio tiene las siguientes reglas:
1.Exhibir el Sello Violeta en su blog con las reglas.
2.Indicar cuantos blogs consideras que merecen este sello.
3.Avisar a los indicados
4.Escribir dos poderes mágicos.

Mis dos poderes mágicos son: Paciencia y ganas de trabajar.



Además agradezco también a Susana, del blog: "LA INFANCIA, UN TIEMPO ÚNICO", el premio RECETA TARTA DE NIÑEZ, muchísimas gracias.



Agradezco de nuevo a PAULA DEL BLOG:
http://educadoraseduquemosconamor.blogspot.com/ que me concediera también el

Premio "Entrega, constancia y corazón"

Es un premio creado con todo el cariño por Tere, de Samoga en casa, para agradecer a sus seguidores su entrega, confianza y corazón.

Estoy desconcertada con tanto premio. Ya no se qué decir. Solo se que voy a trabajar más porque es genial.

domingo, 5 de abril de 2009

LA ISLA DEL VOLCÁN

Una tarde de verano, Cristina y su familia decidieron alquilar un barco pequeño y dar un paseo por el mar. Jorge era el hermano de Cristina, Belén se llamaba su madre y su padre, Pedro.

Cuando salieron de la playa el agua parecía una piscina, el mar estaba muy tranquilo y Cristina llevaba el timón del barco sin ningún problema.

Navegaron y navegaron disfrutando del paisaje y los peces salían al paso saltando, incluso nadaban con ellos como si estuvieran haciendo una carrera con el barquito.

Se lo estaban pasando muy bien esa tarde. Era una tarde perfecta hasta que…. El cielo, de repente, empezó a oscurecer y aparecieron unas nubes que amenazaban tormenta.

No había techo donde guarecerse de la lluvia, así que se taparon los cuatro con una especie de toldo que encontraron y se acurrucaron esperando que pasase el temporal.

Pero la suerte no les acompañó. Las olas del mar hicieron volcar el barco que se hundió rápidamente. De pronto se vieron en medio del poderoso mar, rodeados de agua por todas partes.

- ¿Qué vamos a hacer? –Dijo Jorge muy asustado.

- No lo se. -Dijo Belén.

- Tranquilos, allí están los salvavidas, vamos a por ellos. –Dijo Pedro, intentando tranquilizar a su familia.

Cristina era la única que permanecía callada. No decía nada.

Nadó hacia un salvavidas y se lo llevó a su hermano y después cogió otro para ella. -Menos mal que mi madre nos apuntó a clases de natación dos veces por semana. –Pensó Cristina.

Cinco horas llevaban en el agua cuando, a lo lejos, Pedro, vio algo que le llamó la atención. Parecían ramas de árboles. Estaban lejos, pero las olas los llevaban en aquella dirección.

Todos se alegraron mucho y nadaron lo más rápido que pudieron hacia allí. Sí, poco a poco, se acercaron y descubrieron que era una pequeña isla con una gran montaña en medio. Tardaron una hora más en llegar a la isla. Al fin tocaron la arena de aquella playa tan bonita. Y se quedaron acostados en ella para descansar un rato. Estaban agotados.

Tenían hambre y sed. Pedro se levantó, e intentó andar hacia el interior de la isla pero las piernas todavía las tenía cansadas. Poco a poco se recuperó y dijo: - Belén voy a ver si encuentro alguna cosa para comer. Quedaros aquí mismo y vuelvo enseguida.

Pero nadie quiso que su padre se fuera solo así que poco a poco, como pudieron, caminaron con él.

Encontraron fruta y comieron un poco.

Belén, que era muy previsora, sacó su móvil de una funda plastificada que había comprado para la playa. Pensó que se habría mojado pero Oh!! Qué alegría, estaba intacto y funcionaba, así que llamaron al número de urgencias que tenía anotado y les contestó una voz muy amable. Le contaron lo que les había sucedido y la voz amable les dijo que en ese mismo instante daría la orden de salir a buscarles pero que seguramente tendrían que pasar la noche en la isla ya que llevaría algo de tiempo encontrarlos.

Respiraron profundamente y muy contentos, se pusieron a construir una pequeña casa-refugio para pasar la noche. Pensaron que la harían encima de un árbol, aprovechando que los árboles eran enormes y tenían muchas ramas. Así si había animales un poco peligrosos estarían más resguardados. Pedro y Belén harían turnos para hacer guardia.

Recogieron un poco de fruta más para cenar. Encontraron plátanos y naranjas y antes de que se hiciera de noche ya estaban preparados para irse a dormir. No estaban muy cómodos pero Cristina y Jorge estaban muy cansados y durmieron toda la noche de un tirón.

Empezaba a despuntar el día, cuando Cristina se despertó sobresaltada. -¿Habéis escuchado ese ruido? –preguntó.

- Yo no he oído nada –dijo Jorge medio dormido.

- Ha sido como una explosión muy fuerte –dijo Cristina.

- A ver si es el equipo de rescate –dijo Pedro.

- Puede ser, -dijo Belén, aunque me parece muy rápido.

- Salgamos a ver qué es –dijo Cristina, -tendremos que hacer un gran letrero en la arena como en las películas para que nos vean.

- Y una hoguera grande, -dijo Jorge.

Salieron todos corriendo y bajaron del árbol-casa pero no

vieron nada en la orilla del mar ni en el aire.

Qué habría sido ese ruido, pensaron todos sin decir nada. Había sido muy fuerte, pero no se veía nada extraño.

Vamos a comer unas naranjas, -dijo Jorge.

Nunca le habían gustado las naranjas pero a partir de ahora, no diría que no a nada.

De pronto, un olor muy fuerte a quemado les llegó a los cuatro a la vez. ¿Qué es ese olor? Se preguntaron. Miraron hacia el cielo, y Oh!! Menudo susto se llevaron. El corazón les iba a mil por hora. De la cima de la gran montaña salía una columna de humo negro y otra explosión provocó un ruido impresionante. ERA UN VOLCÁN QUE ESTABA A PUNTO DE ESTALLAR.

Jorge empezó a llorar y Cristina estaba muy nerviosa. La madre tenía mil pensamientos en la cabeza y Pedro no sabía qué hacer en aquel momento.

- Corred hacia la playa - gritó Belén. Y salieron corriendo los cuatro. Una vez allí llamarían otra vez a la voz amable del día anterior.

Se pararon en seco al ver cómo, de la gran montaña, un río de lava y piedras salía y bajaba rápidamente a muchos kilómetros por hora. Tenían que meterse en el agua y nadar lo más lejos que pudieran ya que la lava y el fuego avanzaban muy deprisa.

De repente, llegaron a la orilla de la playa y oyeron un ruido que no parecía una explosión. ¡Era el helicóptero de rescate!.¡Los habían encontrado! ¡Parecía un milagro!

El helicóptero paró encima de ellos y tiró una escalera de cuerda a la cual se agarró Pedro. Primero ató a Jorge y a Cristina y poco a poco empezaron a subir la escalera. La lava continuaba su camino hacia la orilla. No tardaría en alcanzarlos.

- Más aprisa, -gritaba Pedro.

- Aprisa por favor, -gritaba Belén, muy asustada.

Cuando los dos niños estaban arriba, tiraron la cuerda, pero

cuando estaban a punto de subir Belén y Pedro, otra explosión del volcán hizo que el helicóptero moviera demasiado la escalera y cayeron los dos al agua.

- ¡¡Socorro!! – Gritaron los dos a la vez.

- No podemos coger la escalera. Está demasiado lejos.

La lava estaba ya muy cerca y estaban demasiado nerviosos.

La escalera se les resbalaba porque tenían las manos mojadas. No podrían conseguirlo.

Volvieron a intentarlo. La lava estaba llegando y ya estaba entrando en el agua del mar. Corrieron una vez más y se tiraron contra la escalera y levantando las piernas consiguieron balancearse. El fuego pasó por debajo de sus pies sin tocarlos apagándose poco a poco conforme entraba en el mar.

El helicóptero voló despacio y enrolló la escalera para que pudieran subir los padres de Cristina y Jorge que estaban llorando de emoción.

Todavía no creían lo que les había pasado. Cuando entraron los padres, se abrazaron llorando y riendo a la vez. Estaban salvados. Lo habían conseguido. Y allí a lo lejos aún se veían las explosiones del volcán que poco a poco acabaría escondiéndose con la isla debajo del agua para no asustar nunca a nadie más.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Fin.

miércoles, 25 de marzo de 2009

LAS FLORES DE MI JARDIN

miércoles, 18 de marzo de 2009

EL DRAGÓN "DRANINO" Y SUS AMIGOS


Había una vez, en un pueblo muy bonito llamado Talín, cuatro niños que vivían en compañía de un dragón, llamado Dranino. El mayor era Pablo y era un niño muy serio y responsable, le seguía Jaime, que era muy alegre y juguetón, después estaba Carlos que siempre tenía hambre y después, estaba Marta, prima de Pablo, que quería a sus amigos como si fueran sus hermanos y era muy tranquila y cariñosa. Jugaban juntos todos los días y se llevaban muy bien. Sólo había un problema: que, de cuando en cuando, el dragón tenía que tirar fuego por su boca y a los habitantes de Talín no les hacía mucha gracia. ¿que por qué? Os cuento: cuando el fuego salía de la boca de Dranino, quemaba las plantas de los balcones, las cosechas de hortalizas de los vecinos, los jardines, árboles y bancos de los parques y, en fin, todo cuanto se ponía por delante.
Los amigos de Dranino pensaron que tenían que encontrar una solución para acabar con el problema, ya que el dragón estaba muy triste porque no le gustaba que, los vecinos de Talín pensaran que era un dragón malo. Pablo pensó: - podríamos ponerle una manguera en la boca y así, cada vez que vinieran las llamas abrimos el agua de la manguera y ¡ya está!, el fuego se apagaría y Dranino no quemaría na
da.
Intentaron hacer lo que Pablo había pensado pe
ro no funcionaba ya que cuando iban a abrir el grifo, el fuego ya estaba saliendo por la boca y quemaba la manguera.
Después a Carlos se le ocurrió otra cosa: cuando Dranino fuera a sacar el fuego que tenía dentro, le taparían muy fuerte la boca y se lo tragaría y con la saliva lo apagaría. Ya está, esto si que era fácil pero, hubo un problema: que a Dranino le entraba una tos muy fuerte cuando se tragaba el fuego y se quemaba la garganta. Había que
pensar más. Pero pensaron y pensaron y no encontraban ninguna solución. Entonces a Jaime se le ocurrió una cosa: llevarían a Dranino a la playa.





Allí no podía chamuscar nada, estaría al lado del mar y ellos le irían a visitar muy a menudo. La playa estaba a media hora de Talín. Llegaron y empezaron a hacerle una casa a Dranino, que no estaba muy contento con la idea pero reconoció que era la única esperanza que le quedaba. Allí solo había arena, rocas y agua salada y no había ningún peligro.
La casa quedó preciosa y los amigos de Dranino se despidieron de él hasta otro día.
Cuando volvieron encontraron al dragón acostado y llorando cerca de la orilla del mar. Estaba muy triste y deprimido. No estaba acostumbrado a estar solo y quería jugar y reír con sus amigos. Pablo y Marta no quisieron que Dranino se quedara ni un día más allí. La playa era un sitio ideal para él pero se encontraba muy solo. No había nadie con quien divertirse.
Llegaron a Talín y se pusieron a pensar día y noche. No se fueron hasta que no encontraron una solución: compraron en la farmacia unos caramelos de pica-pica que tenían gusto a coca-cola. ¡Esto sí que funcionó!. A Dranino le gustaban mucho. Cuando tenía que sacar el fuego se comía un caramelo de cola y rápidamente se enfriaba el ardor que subía por su garganta y ya no quemaba nada. Todo el mundo estaba contento, y así vivió con sus amigos en Talín sin molestar a nadie más.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Fin.

lunes, 9 de marzo de 2009

EL PATITO FEO

EL ERIZO Y EL ROSAL


Érase una vez un rosal rojo muy bonito que vivía en el porche de una casa de campo muy muy grande. Vivía muy tranquilo y disfrutaba de un trato muy agradable por parte de la dueña de la casa, que lo regaba como a él le gustaba, le daba abono especial para rosales, y lo mimaba un montón.

Un día, los dueños decidieron irse a vivir a la ciudad, y, de repente, el pobre rosal se encontró solo y abandonado.

Estaba aburrido en sus pensamientos cuando, de pronto, apareció por allí un gatito que parecía querer hacer un agujero en la tierra, para hacer pipi. El rosal lo vio y se puso muy nervioso. No sabía qué hacer y lo primero que se le ocurrió fue mover un poco el tronco donde tenía un pincho pequeñito y pimm, pimm, rozó al gatito y el pobre huyó deprisa muy asustado.

En unos instantes apareció un escarabajo. Le pareció que la tierra del rosal era un buen escondite para quedarse a vivir y empezó a rascar pero, de pronto, notó que algo se movía. Era otra vez el rosal que había sacado el tronco con el pincho y pimm, pimm, tocó al escarabajo que se fue corriendo hacia otro lugar.

Había pasado sobre media hora, cuando pasaron dos hormigas que iban recogiendo comida para su hormiguero. Vieron la sombra del rosal y se pararon a descansar mientras charlaban y se reían. El rosal, que estaba dormido en ese momento, se despertó sobresaltado con las risas de las hormigas y muy enfadado, movió su tronco y el pincho y, pimm, pimm, rozó a las hormigas que salieron corriendo muy enfadadas y doloridas.

Así, había llegado ya la noche, cuando algo junto al rosal pasó sin hacer ruido y se paró a dormir justo al lado del tronco que tenía el pincho.

El rosal, que ya se lo había tomado como un juego, movió el tronco hacia el animal que se había parado allí, y pimm, pimmm, ¡¡¡aaaaayyyyy!!! Gritó el rosal , sin saber qué pasaba. Le habían pinchado muy fuerte en un lado del tronco. Qué sería aquello que le había hecho tanto daño. OOOOHHHH!!! SORPRESA!!!


Era un ERIZO!!! Los erizos son animales que sacan sus púas o pinchos cuando se sienten atacados y se envuelven en ellas.


MORALEJA: Nunca hagas a los demás, lo que no quieras que te hagan a ti mismo.


Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

sábado, 28 de febrero de 2009

EL PRÍNCIPE Y LA PRINCESA

Había una vez un príncipe y una princesa que se querían muchísimo. Un día, el príncipe le dijo a la princesa: -princesita mía, ¿quieres casarte conmigo?. La princesa le habló muy dulcemente y le dijo: -claro que sí que quiero mi príncipe pero primero tienes que traerme un ramito de violetas hasta aquí. Ese ramito de violetas está en lo más alto de aquella montaña que se ve a lo lejos.
El príncipe le dijo que haría lo que ella quisiera, así que se puso en marcha con todos sus amigos y se fue hacia la montaña que había indicado la princesa. Después de mucho caminar, llegaron a la cima de la montaña y allí escondidas tras unas piedras había unas flores de color violeta. Cogió un ramito y volvió a entregárselas a la princesa.
Princesa, dijo el príncipe, aquí tienes tu ramito de violetas, y ahora, ¿quieres casarte conmigo?
Príncipe, claro que quiero, pero no puedo. Necesito que vayas al Océano Pacífico y encuentres un pececito muy pequeño de colores muy vivos y me lo traigas. El príncipe se quedó en silencio y se preparó para el pedido de la princesa. Preparó un gran barco y con un grupo de marineros emprendió el largo viaje.
Pasaron varias semanas antes de que llegaran al océano Pacífico. Una vez allí, empezaron a buscar el pececito por el fondo del mar. Lo vieron nadando tranquilamente y lo cogieron con cuidado. Se lo llevaron a la princesa.
Aquí tienes tu pececito, princesa –dijo el príncipe, y ahora, ¿quieres ya casarte conmigo?
Ojalá pudiera, dijo la princesa, pero no puedo, necesito una última petición: una pelotita roja que está en el fondo de un volcán en erupción. ¿Cómo? –se asustó el príncipe, pero si está encendido no podré coger la pelotita, me quemaré.
No, -dijo la princesa. Una hora al día deja de tirar fuego y humo y se apaga, así que durante ese tiempo tendrás que bajar al volcán y coger la pelota del fondo.
Lo intentaré, -dijo el príncipe. De nuevo, preparó a sus ayudantes y a sus caballos para buscar el volcán que había dicho la princesa.
Después de varios meses de viaje, llegaron a la montaña que estaba tirando fuego y piedras. Tuvieron que esperar un buen rato decidiendo lo que iban a hacer y de pronto, ¡¡SILENCIO!! El volcán se había apagado. Así que el príncipe subió corriendo a la montaña y bajó por el agujero y ¡¡Allí estaba la pelota!! La cogió y corriendo salió de la montaña. Nada más salir de allí se oyó un ruido muy fuerte: broooooonnnnngggggg!! Era el volcán que de nuevo se había encendido y se había puesto a tirar piedras de fuego con más furia que antes. Se refugiaron en una cueva y cogiendo sus caballos cabalgaron hacia casa.
Ya pasado el gran susto, el príncipe fue a llevarle la pelota a la princesa y le dijo, bueno, ahora ya tienes lo que querías, el ramito de violetas de la montaña más alta del país, el pececito pequeño de colores del océano Pacífico y la pelotita roja del volcán, por lo tanto ¿Te quieres casar conmigo?
Si, si, si, contigo me casaré. –dijo la princesa. Y se abrazaron, vivieron felices y comieron perdices y a mí no me dieron porque no quisieron.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Fín.

viernes, 13 de febrero de 2009

LOS TRES BARCOS DE ORO

Eran tres marinos que tenían un barco cada uno de ellos. Iban surcando los mares del Océano Pacífico, uno detrás del otro, ayudándose cuando hacía falta. Cuando uno no tenía nada para comer, el de delante le pasaba alguna cosa, si venía un barco pirata que los quería atacar, se ponían uno al lado del otro y formaban una barrera, así el barco pirata se asustaba y se iba rápido a otra parte.

Habían salido del pueblo donde vivían, para cumplir una misión: encontrar un tesoro que estaba escondido en una isla desierta en medio del Océano Pacífico. No sabían exactamente donde estaba pero tenían un mapa que les explicaba más o menos la situación del tesoro.

También sabían que la isla estaba habitada por un gran dinosaurio que cuidaba el tesoro, por eso tenían un plan muy bien pensado para entretener al dinosaurio cuando llegaran.

Uno de los marineros llevaba una pala y una cuerda larga, muuuuy larga. Otro de los marineros llevaba un kilo de manzanas y un mechero para encender fuego, y el otro marinero llevaba un tambor para hacer mucho ruido y una tela metálica muy grande.

Después de un largo viaje, llegaron a la isla que marcaba el mapa. Tenía una gran montaña en medio, y muchas palmeras. Había un montón de pájaros de colores grandes pero los marineros no sabían cómo se llamaban.

Eran casi las 5 de la tarde y empezaron a pensar cómo llevarían a cabo su plan: uno se puso a cavar un gran hoyo, pero tenía que ser muy muy grande, como una casa de alto más o menos. Los demás le ayudaron cortando ramas de los árboles. Y así cuando estuvo terminado cogieron la cuerda y la ataron a un árbol. Después pusieron por encima las ramas de los árboles y la tela metálica que llevaban. Así le prepararon una trampa al dinosaurio, pero como ya era muy tarde cuando acabaron se fueron a dormir.

Al día siguiente, el marinero que llevaba las manzanas, encendió una hoguera y empezó a asarlas y así el dinosaurio las olería e iría hacia donde ellos querían. El otro marinero sacó el tambor y empezó a tocarlo muy fuerte, pom porrom pompon, Justo al lado del gran agujero que habían hecho en el suelo.

De pronto, el dinosaurio apareció entre las palmeras de la isla un poco enfadado por el ruido que hacía el tambor pero a su vez muy atraído por el olor que dejaban las manzanas. En menos que canta un gallo, el dinosaurio, que no había visto el agujero tapado por las ramas, se cayó dentro y empezó a gritar muy fuerte intentando salir, pero no podía porque el agujero estaba muy hondo.

Los tres marineros se apresuraron a mirar el mapa del tesoro y corrieron hasta una cueva que había en la gran montaña. Subieron y cuando llegaron entraron y vieron una gran cruz en el suelo pintada con tiza blanca.

Aquí es, -dijeron, vamos a excavar en el suelo donde nos indica la señal. De pronto tocaron algo muy duro, era un cofre. Y cuando lo abrieron, ooooooooooohhh!!!!

Había de todo, collares, pendientes, copas de oro, grandes brillantes, monedas de oro, era increíble lo que brillaba todo, hacía una luz espectacular que se veía por toda la isla. Estaban muy contentos pero de pronto vieron algo que parecía una carta. Estaba cerrada. La abrieron y uno de ellos empezó a leer: Hola amigos, soy el príncipe de la isla y os ruego que dejéis este tesoro donde está. Pertenece a mi amada princesa que está aquí enterrada, el dinosaurio está cuidándolo y tiene la orden de no dejar que nadie se lo lleve, pero si habéis llegado hasta aquí, por favor dejad el tesoro conforme está. Es lo único que pude regalarle a mi querida princesa y me gustaría que se quedara junto a ella para siempre. Os doy las gracias de todo corazón.

Los tres marineros se quedaron totalmente sorprendidos y pensativos. No puede ser, -dijo uno de ellos. Nos ha costado mucho llegar hasta aquí, - dijo otro. El tercero de los marineros, después de un largo silencio dijo: - yo creo que hay que respetar la decisión del príncipe ya que, al fin y al cabo era suyo este tesoro y nos pide que por favor no lo toquemos. Los tres empezaron a discutir, uno decía que se lo llevaran, el otro que no sabía qué hacer, el tercero que lo dejaran allí.

En fin, al final decidieron que no tocarían el tesoro y que se irían a su casa. Pero primero debían de enterrar el tesoro y soltar al dinosaurio. Así que, metieron otra vez el tesoro donde estaba pero le borraron la cruz blanca para que nadie pudiera encontrarlo de nuevo y se fueron donde estaba el dinosaurio, que ya se había cansado de gritar y estaba durmiendo una siesta.

Sin hacer ruido le ataron la cuerda por las patas y, tirando los tres con fuerza, bueno, con mucha fuerza, lo subieron un poco hacia fuera y lo dejaron poco a poco en el suelo para que no se despertara hasta que se hubieran ido, ya que los dinosaurios que están enfadados son muy fieros.

Se fueron corriendo a coger los barcos que tenían amarrados en la orilla y cuando estaban volviendo, un poco malhumorados pero a su vez contentos porque creían haber hecho lo correcto, apareció como un príncipe en el cielo que en voz baja les dijo: -Habéis sido muy buenos y nobles, por tanto no vais a llegar con las manos vacías a vuestro pueblo. Pronto sabréis el regalo que os voy a hacer. Gracias por respetar mi decisión y respetar a mi princesa. Adiós amigos.

Cuando llegaron los tres marineros a su pueblo había muchísima gente esperándoles en el puerto porque desde muy lejos se veía una luz muy fuerte que iluminaba cielo y mar. Era el regalo que les había hecho el príncipe mágico; había convertido los tres barcos en oro, un tesoro que llegaba desde muy lejos para los tres valientes marineros y para toda su familia.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

viernes, 6 de febrero de 2009

CLARA Y EL COLE

Clara era una niña de seis años. Iba muy contenta al colegio todos los días. Le gustaba mucho ir. Sobre todo le gustaba la hora del almuerzo, le gustaba el momento en que la maestra decía: - Coged vuestras mochilas, ¡Es hora de almorzar!

Se iba corriendo a la percha donde tenía su mochila y sacaba lo que le ponía su madre cada día.

Un día la maestra dijo: - ¡Venga niños que ya es la hora del almuerzo!
Clara salió corriendo como siempre por la bolsita y, al abrirla se encontró con que dentro no había nada. Qué disgusto. Esto no puede ser verdad. Parece una pesadilla.
De pronto pensó, "me han quitado mi almuerzo", - ¿quién habrá sido?.
Intentó descubrir quién había podido ser mirando alguna de las mochilas pero enseguida vinieron algunos compañeros de la clase por los almuerzos.
Estaba muy enfadada, no veía nada claro. Ya está, se dijo, - voy a quitarle a Chimo su bocadillo, seguro que ha sido él.

Chimo había ido al cuarto de aseo y no estaba todavía por allí. Sin dudarlo un instante, abrió la mochila de su compañero y cogió el bocadillo de jamón york y queso que había dentro y se lo comió en dos mordiscos.

Cuando Chimo llegó, cogió su mochila y descubrió que dentro no tenía nada.
Preguntó por su bocadillo a los compañeros, ya que su madre le había dicho lo que llevaba ese día para almorzar.
Nadie había visto a Clara y por lo tanto nadie sabía nada. Chimo empezó a ponerse nervioso hasta que empezó a llorar. Qué burrera cogió.
La maestra que se había enterado del incidente no podía creer que nadie hubiera hecho lo que era evidente.
Buscaron el bocadillo por todos los lugares posibles, por los cajones de la mesa de la maestra, por el suelo de la clase, por el pasillo, por el patio de los columpios, por todo. Peró no lo encontraron.
Finalmente desistieron y Clara estaba muy triste.
Cuando todos los niños volvieron a clase, ella se quedó fuera en un rincón del patio. No quería entrar en la clase sin explicarle a la maestra lo que había pasado.
Cuando la maestra salió a buscarla, la encontró en el patio, sofocada y le preguntó: - ¿Clara, qué te pasa? ¿Qué haces ahí en ese rincón?
Clara le contó a la maestra lo que había hecho, que pensaba que Chimo le había cogido su almuerzo y, sin pensárlo dos veces se había comido el almuerzo de su compañero sin tener el valor después de decirle que había sido ella.
Todo aclarado, la maestra le explicó que su madre había llamado por teléfono para comentarle que se había olvidado de ponerle hoy el almuerzo dentro de la mochila. Entonces, Clara rompió a llorar, desconsolada y arrepentida. Dijo que sentía mucho lo que había hecho.
La maestra le dijo: - Clara, no se cogen nunca las cosas de los demás, NUNCA. Cada uno tiene sus cosas y no tiene porqué coger nada de los demás. Pero has sido muy valiente y has reconocido tu culpa, y me has dicho la verdad, por eso estoy muy orgullosa de tí y te mereces un premio: un bocadillo de nocilla.
Clara quiso que ese bocata fuera para Chimo que se había quedado sin almuerzo pero la maestra le dijo que también había otro para él.
Pero recuerda, le dijo: "Nunca se cogen las cosas que no son tuyas y siempre hay que decir la verdad, así se aclara todo y la gente, que más quieres está contenta, muy contenta".

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.