APARTADO DE JUEGOS TRADICIONALES

Tengo una idea para la cual necesito un poco de ayuda. Quiero crear en el blog un apartado de juegos tradicionales, más inclinado a juegos de exterior ya que hemos entrado en la primavera y podemos aprovechar un poco más la luz del día. Si se os ocurre algún juego, me podéis enviar un correo a mi e.mail explicando un poco cómo funciona el juego y yo lo publicaré en este blog; mi cuenta de correo es: mluzsolis@gmail.com. Gracias a todos.

viernes, 6 de febrero de 2009

CLARA Y EL COLE

Clara era una niña de seis años. Iba muy contenta al colegio todos los días. Le gustaba mucho ir. Sobre todo le gustaba la hora del almuerzo, le gustaba el momento en que la maestra decía: - Coged vuestras mochilas, ¡Es hora de almorzar!

Se iba corriendo a la percha donde tenía su mochila y sacaba lo que le ponía su madre cada día.

Un día la maestra dijo: - ¡Venga niños que ya es la hora del almuerzo!
Clara salió corriendo como siempre por la bolsita y, al abrirla se encontró con que dentro no había nada. Qué disgusto. Esto no puede ser verdad. Parece una pesadilla.
De pronto pensó, "me han quitado mi almuerzo", - ¿quién habrá sido?.
Intentó descubrir quién había podido ser mirando alguna de las mochilas pero enseguida vinieron algunos compañeros de la clase por los almuerzos.
Estaba muy enfadada, no veía nada claro. Ya está, se dijo, - voy a quitarle a Chimo su bocadillo, seguro que ha sido él.

Chimo había ido al cuarto de aseo y no estaba todavía por allí. Sin dudarlo un instante, abrió la mochila de su compañero y cogió el bocadillo de jamón york y queso que había dentro y se lo comió en dos mordiscos.

Cuando Chimo llegó, cogió su mochila y descubrió que dentro no tenía nada.
Preguntó por su bocadillo a los compañeros, ya que su madre le había dicho lo que llevaba ese día para almorzar.
Nadie había visto a Clara y por lo tanto nadie sabía nada. Chimo empezó a ponerse nervioso hasta que empezó a llorar. Qué burrera cogió.
La maestra que se había enterado del incidente no podía creer que nadie hubiera hecho lo que era evidente.
Buscaron el bocadillo por todos los lugares posibles, por los cajones de la mesa de la maestra, por el suelo de la clase, por el pasillo, por el patio de los columpios, por todo. Peró no lo encontraron.
Finalmente desistieron y Clara estaba muy triste.
Cuando todos los niños volvieron a clase, ella se quedó fuera en un rincón del patio. No quería entrar en la clase sin explicarle a la maestra lo que había pasado.
Cuando la maestra salió a buscarla, la encontró en el patio, sofocada y le preguntó: - ¿Clara, qué te pasa? ¿Qué haces ahí en ese rincón?
Clara le contó a la maestra lo que había hecho, que pensaba que Chimo le había cogido su almuerzo y, sin pensárlo dos veces se había comido el almuerzo de su compañero sin tener el valor después de decirle que había sido ella.
Todo aclarado, la maestra le explicó que su madre había llamado por teléfono para comentarle que se había olvidado de ponerle hoy el almuerzo dentro de la mochila. Entonces, Clara rompió a llorar, desconsolada y arrepentida. Dijo que sentía mucho lo que había hecho.
La maestra le dijo: - Clara, no se cogen nunca las cosas de los demás, NUNCA. Cada uno tiene sus cosas y no tiene porqué coger nada de los demás. Pero has sido muy valiente y has reconocido tu culpa, y me has dicho la verdad, por eso estoy muy orgullosa de tí y te mereces un premio: un bocadillo de nocilla.
Clara quiso que ese bocata fuera para Chimo que se había quedado sin almuerzo pero la maestra le dijo que también había otro para él.
Pero recuerda, le dijo: "Nunca se cogen las cosas que no son tuyas y siempre hay que decir la verdad, así se aclara todo y la gente, que más quieres está contenta, muy contenta".

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.