APARTADO DE JUEGOS TRADICIONALES

Tengo una idea para la cual necesito un poco de ayuda. Quiero crear en el blog un apartado de juegos tradicionales, más inclinado a juegos de exterior ya que hemos entrado en la primavera y podemos aprovechar un poco más la luz del día. Si se os ocurre algún juego, me podéis enviar un correo a mi e.mail explicando un poco cómo funciona el juego y yo lo publicaré en este blog; mi cuenta de correo es: mluzsolis@gmail.com. Gracias a todos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

EL HADA MADRINA DE JAIME

Era una noche de verano. El cielo estaba lleno de estrellas, allí arriba muy lejos, que brillaban un montón, porque, como no había luna, la noche estaba muy oscura.
Jaime y Carlos estaban corriendo por la explanada de la casita de campo que tenían los padres de Jaime. Los padres de Carlos eran muy amigos de los padres de Jaime y se habían juntado esa noche para cenar.
Los niños estaban un poco nerviosos porque normalmente no iban a cenar a ningún sitio. Sobre las nueve, más o menos tenían que irse a dormir y esa noche ya era muy, muy tarde, casi las once y todavía estaban jugando por la calle.
Mientras los padres estaban charlando muy contentos en el porche de la casita, Jaime y Carlos querían ir a por las bicicletas que estaban detrás de la casa, en la cochera.
Jaime le dijo a su papa:

- Papá, ¿podrías encender las luces de alrededor de la casa, por favor? Es que no vemos nada y queremos jugar con las bicicletas un rato. ¿Podemos papá?
- Claro que sí, hijo mío. Voy inmediatamente.

El padre de Jaime, se llamaba Ramón y era un señor muy amable que tenía cara de buena persona. Jaime decía que a veces lo reñía pero sólo cuando se portaba mal.
Se metió dentro de la casa y apretó unos botones …… .De repente toda la parte trasera de la casa se iluminó y los niños fueron rápidamente a coger las bicicletas.
Estuvieron un rato con ellas y cuando se cansaron cogieron los patinetes. Hacían carreras muy rápidas entre ellos, primero ganaba Jaime, después Carlos. Zzzzzzzzaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssch, se escuchó.
Carlos miró hacia atrás y vio que Jaime estaba en el suelo medio llorando. Se había caído. Se había roto el pantalón y tenía una herida en la rodilla.
Carlos iba a gritar para llamar a alguien pero de pronto, una lucecita brilló al lado de ellos y apareció una chica vestida como una princesa que les dijo:

- Espera Carlos. No pasa nada. No te preocupes que yo curaré a Jaime.
- Pero, pero, ¿quién eres tú? –dijo Carlos.
- Soy el hada madrina de Jaime. Vosotros normalmente no me veis pero yo siempre estoy ahí con vosotros para que no os pase nada malo.

Cogió su varita mágica y dijo unas palabras que no entendieron. Empezó a salir agua de la varita, el hada cogió un poco de ella y se la puso en la rodilla de Jaime.
La herida se curó enseguida y ya no le hacía daño.

- Ahora me voy, seguid jugando, buenas noches.

Jaime y Carlos se fueron corriendo hacia donde se encontraban sus padres a contarles lo que les había pasado. Pero ellos escucharon la historia y se miraron unos a otros. Dijeron:

- Creo que estáis un poco cansados ya, jugad un poco más y enseguida nos iremos a dormir.

No creyeron nada de lo que les habían contado, se creían que estaban de broma. Jaime y Carlos volvieron a insistir en que todo era verdad, pero no les creyeron.
Entonces Jaime se acordó del pantalón y dijo:

- Mirad!!!!

Los padres de los dos niños vieron el roto en el pantalón y no sabían qué decir. El hada los miraba desde su mundo y se reía con cariño. Pero continuaron charlando muy contentos y los niños se fueron a jugar un rato más.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

-FIN-