APARTADO DE JUEGOS TRADICIONALES

Tengo una idea para la cual necesito un poco de ayuda. Quiero crear en el blog un apartado de juegos tradicionales, más inclinado a juegos de exterior ya que hemos entrado en la primavera y podemos aprovechar un poco más la luz del día. Si se os ocurre algún juego, me podéis enviar un correo a mi e.mail explicando un poco cómo funciona el juego y yo lo publicaré en este blog; mi cuenta de correo es: mluzsolis@gmail.com. Gracias a todos.

lunes, 9 de marzo de 2009

EL ERIZO Y EL ROSAL


Érase una vez un rosal rojo muy bonito que vivía en el porche de una casa de campo muy muy grande. Vivía muy tranquilo y disfrutaba de un trato muy agradable por parte de la dueña de la casa, que lo regaba como a él le gustaba, le daba abono especial para rosales, y lo mimaba un montón.

Un día, los dueños decidieron irse a vivir a la ciudad, y, de repente, el pobre rosal se encontró solo y abandonado.

Estaba aburrido en sus pensamientos cuando, de pronto, apareció por allí un gatito que parecía querer hacer un agujero en la tierra, para hacer pipi. El rosal lo vio y se puso muy nervioso. No sabía qué hacer y lo primero que se le ocurrió fue mover un poco el tronco donde tenía un pincho pequeñito y pimm, pimm, rozó al gatito y el pobre huyó deprisa muy asustado.

En unos instantes apareció un escarabajo. Le pareció que la tierra del rosal era un buen escondite para quedarse a vivir y empezó a rascar pero, de pronto, notó que algo se movía. Era otra vez el rosal que había sacado el tronco con el pincho y pimm, pimm, tocó al escarabajo que se fue corriendo hacia otro lugar.

Había pasado sobre media hora, cuando pasaron dos hormigas que iban recogiendo comida para su hormiguero. Vieron la sombra del rosal y se pararon a descansar mientras charlaban y se reían. El rosal, que estaba dormido en ese momento, se despertó sobresaltado con las risas de las hormigas y muy enfadado, movió su tronco y el pincho y, pimm, pimm, rozó a las hormigas que salieron corriendo muy enfadadas y doloridas.

Así, había llegado ya la noche, cuando algo junto al rosal pasó sin hacer ruido y se paró a dormir justo al lado del tronco que tenía el pincho.

El rosal, que ya se lo había tomado como un juego, movió el tronco hacia el animal que se había parado allí, y pimm, pimmm, ¡¡¡aaaaayyyyy!!! Gritó el rosal , sin saber qué pasaba. Le habían pinchado muy fuerte en un lado del tronco. Qué sería aquello que le había hecho tanto daño. OOOOHHHH!!! SORPRESA!!!


Era un ERIZO!!! Los erizos son animales que sacan sus púas o pinchos cuando se sienten atacados y se envuelven en ellas.


MORALEJA: Nunca hagas a los demás, lo que no quieras que te hagan a ti mismo.


Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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