APARTADO DE JUEGOS TRADICIONALES

Tengo una idea para la cual necesito un poco de ayuda. Quiero crear en el blog un apartado de juegos tradicionales, más inclinado a juegos de exterior ya que hemos entrado en la primavera y podemos aprovechar un poco más la luz del día. Si se os ocurre algún juego, me podéis enviar un correo a mi e.mail explicando un poco cómo funciona el juego y yo lo publicaré en este blog; mi cuenta de correo es: mluzsolis@gmail.com. Gracias a todos.

miércoles, 18 de marzo de 2009

EL DRAGÓN "DRANINO" Y SUS AMIGOS


Había una vez, en un pueblo muy bonito llamado Talín, cuatro niños que vivían en compañía de un dragón, llamado Dranino. El mayor era Pablo y era un niño muy serio y responsable, le seguía Jaime, que era muy alegre y juguetón, después estaba Carlos que siempre tenía hambre y después, estaba Marta, prima de Pablo, que quería a sus amigos como si fueran sus hermanos y era muy tranquila y cariñosa. Jugaban juntos todos los días y se llevaban muy bien. Sólo había un problema: que, de cuando en cuando, el dragón tenía que tirar fuego por su boca y a los habitantes de Talín no les hacía mucha gracia. ¿que por qué? Os cuento: cuando el fuego salía de la boca de Dranino, quemaba las plantas de los balcones, las cosechas de hortalizas de los vecinos, los jardines, árboles y bancos de los parques y, en fin, todo cuanto se ponía por delante.
Los amigos de Dranino pensaron que tenían que encontrar una solución para acabar con el problema, ya que el dragón estaba muy triste porque no le gustaba que, los vecinos de Talín pensaran que era un dragón malo. Pablo pensó: - podríamos ponerle una manguera en la boca y así, cada vez que vinieran las llamas abrimos el agua de la manguera y ¡ya está!, el fuego se apagaría y Dranino no quemaría na
da.
Intentaron hacer lo que Pablo había pensado pe
ro no funcionaba ya que cuando iban a abrir el grifo, el fuego ya estaba saliendo por la boca y quemaba la manguera.
Después a Carlos se le ocurrió otra cosa: cuando Dranino fuera a sacar el fuego que tenía dentro, le taparían muy fuerte la boca y se lo tragaría y con la saliva lo apagaría. Ya está, esto si que era fácil pero, hubo un problema: que a Dranino le entraba una tos muy fuerte cuando se tragaba el fuego y se quemaba la garganta. Había que
pensar más. Pero pensaron y pensaron y no encontraban ninguna solución. Entonces a Jaime se le ocurrió una cosa: llevarían a Dranino a la playa.





Allí no podía chamuscar nada, estaría al lado del mar y ellos le irían a visitar muy a menudo. La playa estaba a media hora de Talín. Llegaron y empezaron a hacerle una casa a Dranino, que no estaba muy contento con la idea pero reconoció que era la única esperanza que le quedaba. Allí solo había arena, rocas y agua salada y no había ningún peligro.
La casa quedó preciosa y los amigos de Dranino se despidieron de él hasta otro día.
Cuando volvieron encontraron al dragón acostado y llorando cerca de la orilla del mar. Estaba muy triste y deprimido. No estaba acostumbrado a estar solo y quería jugar y reír con sus amigos. Pablo y Marta no quisieron que Dranino se quedara ni un día más allí. La playa era un sitio ideal para él pero se encontraba muy solo. No había nadie con quien divertirse.
Llegaron a Talín y se pusieron a pensar día y noche. No se fueron hasta que no encontraron una solución: compraron en la farmacia unos caramelos de pica-pica que tenían gusto a coca-cola. ¡Esto sí que funcionó!. A Dranino le gustaban mucho. Cuando tenía que sacar el fuego se comía un caramelo de cola y rápidamente se enfriaba el ardor que subía por su garganta y ya no quemaba nada. Todo el mundo estaba contento, y así vivió con sus amigos en Talín sin molestar a nadie más.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Fin.