APARTADO DE JUEGOS TRADICIONALES

Tengo una idea para la cual necesito un poco de ayuda. Quiero crear en el blog un apartado de juegos tradicionales, más inclinado a juegos de exterior ya que hemos entrado en la primavera y podemos aprovechar un poco más la luz del día. Si se os ocurre algún juego, me podéis enviar un correo a mi e.mail explicando un poco cómo funciona el juego y yo lo publicaré en este blog; mi cuenta de correo es: mluzsolis@gmail.com. Gracias a todos.

viernes, 24 de abril de 2009

¡PREMIO BLOG DE ORO!

Ésto de recibir premios es muy gratificante. Me motivan muchisimo para continuar con mis cuentos, agregando la necesidad de querer saber más sobre todos los blogs que sigo y los nuevos que me encuentro por el camino.
Siguiendo con las reglas, mis blogs nominados en este caso por diversos motivos son:


jueves, 23 de abril de 2009

¡QUÉ BRUJAS TAN GRACIOSAS!

Hace muchos, pero que muchos años, en un país muy lejano vivía una niña llamada Catalina. Vivía con su madre, que se llamaba Marta, en una especie de castillo muy viejo en la cima de una montaña muy, muy, pero que muy alta.

Catalina y su madre no tenían mucho dinero, pero aquella casa había sido de su abuelo y ahora vivían ellas allí.

Tenían dos vacas y dos cabras que daban leche cada día. Así ellas podían beber toda la que querían y con la leche que sobraba hacían queso y lo vendían en el pueblo.

Los vecinos querían mucho a Marta y era muy conocida porque era muy simpática y a todos ayudaba en lo que podía.

Un día llegó un señor con un traje muy bonito, que construía casas y llamó a la puerta de Catalina.

Su madre se había ido al pueblo a hacer la compra y Catalina no abrió. Preguntó: ¿quién es?, y el señor le respondió – Hola, buenos días, me gustaría hablar con tu mamá. Catalina le dijo: - En este momento no está y no puedo abrirle señor.

- No pasa nada, dijo el hombre. Ya volveré otro día.

Cuando Marta llegó de comprar, Catalina le contó inmediatamente lo que había pasado. Marta, se extrañó muchísimo ya que nadie iba por allí desde hacía mucho tiempo.

Al día siguiente, Marta estaba ordeñando una vaca y el señor que construía casas apareció por allí de nuevo. – Hola, buenos días, dijo el señor.

- Hola, buenos días, dijo Marta.

Catalina, llegó en ese momento de arreglar su habitación e iba a ayudar a su madre a ordeñar las cabras. –Mamá, este es el señor que vino ayer.

- Sí, señora, vine ayer, pero como no estaba…., sólo quería hablar un momento con usted.

- Dígame, le dijo Marta.

- Bien, yo quería decirle que quiero hacer aquí unas casitas de campo para que viva mucha gente y me interesa comprar su casa. Le pagaré bien y podrá irse a vivir al pueblo a una casa mejor que ésta. –le dijo el señor.

- Ni pensarlo, -dijo Marta, esta ha sido la casa de mi familia desde siempre y nosotras vivimos aquí. No la venderemos nunca.


(Pinta la casa de Marta y Catalina)

El señor se fue muy enfadado de allí, y Marta y Catalina se abrazaron. No querían irse de allí, ya que en el

pueblo no podrían tener cabras ni vacas. Además se habían acostumbrado a estar allí en la montaña con los árboles, los jardines, la tierra. No sería igual.

Pero el señor que construía casas, quería esas tierras para construir sus casitas de campo, así que empezó a decir por todo el pueblo que Marta, la madre de Catalina, era una bruja. ¡¡¡OOOHHHH!! ¡¡¡Qué malo era!!!¡¡¡Eso era una mentira muy grande!!!!. Dijo que había visto a Marta con una gran escoba y un gorro y que volaba por el cielo en compañía de su hija. ¡Qué señor más mentiroso! Pero los vecinos de la ciudad no lo sabían y se creyeron la historia.

Poco a poco fue convenciendo a todos los vecinos de que tenían que tirar de allí a esa bruja. Muchos, que eran amigos de Marta y Catalina, pensaban que eso no era verdad pero como los demás decían cosas muy malas de ellas, que eran todas mentiras, al final se lo creyeron.

Cuando la madre de Catalina bajaba al pueblo, todos la miraban y no le compraban nada de queso ni leche. Y Marta ya no sabía qué hacer porque así no tenían dinero y no podían comprar cosas para poder comer.

Incluso Julia, que iba al colegio con Catalina, y era su mejor amiga, ahora no quería ni hablarle. Pobre Catalina, no sabía qué hacer para convencer a su amiga de que todo era una gran mentira de ese señor para poder hacer allí las casas y ganar mucho dinero.

Entonces, cuando Marta estaba a punto de vender la casa para irse a vivir a otro lugar, a Catalina se le ocurrió una idea: mamá – dijo Catalina, vamos a decirle al señor que quiere la casa que queremos hablar con él. Entonces, quedaron en el colegio del pueblo y los vecinos, que se habían enterado de que iban a bajar de la montaña fueron a ver qué pasaba. Catalina y su madre se vistieron de brujas. Habían ido a comprar un disfraz para cada una al pueblo de al lado y les habían hecho unos sombreros larguísimos con una gran estrella pegada en el centro. Habían cogido dos escobas que gastaban para barrer las aceras y se habían pintado un poco la cara de verde para parecer un poco más brujas.

¡Qué risa daban!

Catalina y su madre, muy serias, llegaron por la puerta de atrás, entraron muy despacio y UUUUUUHHHHHH!!!!, les dieron un susto a todos los vecinos que estaban allí, esperándolas.

La gente se asustó mucho y salió corriendo de allí, pero, de repente, comprendieron que todo era una broma. El señor que construía casas, que estaba allí mirándolas con la boca abierta, les dijo, - Pero, ¡si era mentira! Vosotras no soy brujas, me lo había inventado todo. Y todos los vecinos lo oyeron y empezaron a comprender la gran mentira que les había contado. Se enfadaron mucho porque pensaron que, se habían creído la historia de un desconocido y no la de Marta que era una vecina muy buena. Le dijeron que se fuera del pueblo inmediatamente.

Todo el mundo pidió perdón a Marta y a Catalina, incluso Julia, que, llorando, le dijo que nunca más desconfiaría de ella, ya que era la mejor amiga que jamás había tenido.

Catalina y su madre estaban muy graciosas vestidas de brujas así que entre todos decidieron hacer una ¡GRAN FIESTA DE DISFRACES! Y así todos se disfrazaron y jugaron a tirarse globos de agua y comieron aceitunas, papas y pasteles que es lo que se come siempre en las fiestas ¿verdad?

Este cuento tiene una gran moraleja escondida:

- NO SE DICEN NUNCA MENTIRAS,

Y otra gran moraleja:

- NUNCA HAGAS CASO DE LO QUE TE DICE UN DESCONOCIDO.


Colorín, colorado, este cuento se ha terminado.

Mª Luz Solís –Abril 2.009

lunes, 20 de abril de 2009

EL CICLO DE LOS GUSANOS DE SEDA

















Una maravilla de la creación

El gusano de seda causa sensación

Comen y comen hojas de morera

No se cansan y la quieren entera

Hacen su nidito y se meten dentro

Después de 15 días, ¿qué hay en el centro?

¡Algo ha pasado! ¿Es una rosa?

No, del capullo sale una mariposa.

Es un milagro de la naturaleza,

Ahí tan pequeñas, entre la maleza.

Tienen muchos huevos, blancos como la nieve,

Y otros gusanitos vendrán para el año que viene.


Mª Luz Solís – Abril 2009

viernes, 17 de abril de 2009

Ruta por "LA MURTA" (Alzira)

LA MURTA (Paraje natural de Alzira)

Es un paraje natural poco conocido por los valencianos. Está situado en el municipio de Alzira (Valencia). En ella existen unas balsas, fuentes y un lago en el jardín del antiguo monasterio que hacen de la Murta un lugar espectacular e inigualable. Entre los verdes prados, aparece una especie de ciudad antigua con riachuelos y manantiales que en esta época del año están realmente impresionantes. Hay una caseta y un guarda forestal a la entrada al recinto, donde te piden el nombre y D.N.I. para tener un control de las personas que entran y salen en cada momento. La señalización de rutas es muy útil y completa. Es un paraje con sendas y senderos desconocidos, una vegetación exuberante y un cuidado excepcional. Os invito a recorrer esta construcción que envuelve al caminante de una especie de soledad y tranquilidad abrumadora.

Para mí es un lugar muy especial, mágico, intrigante. Me cautivó desde el primer día que lo encontramos, por casualidad, ya que es difícil llegar hasta allí si no conoces este término.

Aquí os dejo unas fotos para que juzguéis vosotros mismos:




Ruta por "LA MURTA" (Alzira)

lunes, 13 de abril de 2009

GRACIAS A TODOS POR LOS PREMIOS

Estoy más que contenta por los regalitos que me habéis hecho. Esto me motiva para seguir escribiendo aunque creo que no es para tanto. De todas formas, primero, creo que los blogs que yo conozco y que les daría el premio, ya lo tienen, por tanto no creo que sea conveniente repetir otra vez y segundo, no estoy muy ducha en esto de los blogs pero muchiiiisimas gracias de corazón. Me han encantado.

GRACIAS A PAULA DEL BLOG:

http://educadoraseduquemosconamor.blogspot.com/

GRACIAS A YOLANDA CASTRO DEL BLOG:

http://cuantoaprendemos.blogspot.com/

GRACIAS A SUSANA DEL BLOG "LA INFANCIA, UN TIEMPO ÚNICO":

http://lavakitanikolasita.blogspot.com/





Me han concedido el PREMIO VIOLETA , que representa según sus creadores, “las sensaciones que el color violeta trae para nuestra mente. Este premio es dado a los blogs que tienen algunas de las sensaciones del color violeta. Son algunas de ellas: magia, encantamiento, gracia, magnetismo... y todo aquello que parece mágico".Este hermoso premio tiene las siguientes reglas:
1.Exhibir el Sello Violeta en su blog con las reglas.
2.Indicar cuantos blogs consideras que merecen este sello.
3.Avisar a los indicados
4.Escribir dos poderes mágicos.

Mis dos poderes mágicos son: Paciencia y ganas de trabajar.



Además agradezco también a Susana, del blog: "LA INFANCIA, UN TIEMPO ÚNICO", el premio RECETA TARTA DE NIÑEZ, muchísimas gracias.



Agradezco de nuevo a PAULA DEL BLOG:
http://educadoraseduquemosconamor.blogspot.com/ que me concediera también el

Premio "Entrega, constancia y corazón"

Es un premio creado con todo el cariño por Tere, de Samoga en casa, para agradecer a sus seguidores su entrega, confianza y corazón.

Estoy desconcertada con tanto premio. Ya no se qué decir. Solo se que voy a trabajar más porque es genial.

domingo, 5 de abril de 2009

LA ISLA DEL VOLCÁN

Una tarde de verano, Cristina y su familia decidieron alquilar un barco pequeño y dar un paseo por el mar. Jorge era el hermano de Cristina, Belén se llamaba su madre y su padre, Pedro.

Cuando salieron de la playa el agua parecía una piscina, el mar estaba muy tranquilo y Cristina llevaba el timón del barco sin ningún problema.

Navegaron y navegaron disfrutando del paisaje y los peces salían al paso saltando, incluso nadaban con ellos como si estuvieran haciendo una carrera con el barquito.

Se lo estaban pasando muy bien esa tarde. Era una tarde perfecta hasta que…. El cielo, de repente, empezó a oscurecer y aparecieron unas nubes que amenazaban tormenta.

No había techo donde guarecerse de la lluvia, así que se taparon los cuatro con una especie de toldo que encontraron y se acurrucaron esperando que pasase el temporal.

Pero la suerte no les acompañó. Las olas del mar hicieron volcar el barco que se hundió rápidamente. De pronto se vieron en medio del poderoso mar, rodeados de agua por todas partes.

- ¿Qué vamos a hacer? –Dijo Jorge muy asustado.

- No lo se. -Dijo Belén.

- Tranquilos, allí están los salvavidas, vamos a por ellos. –Dijo Pedro, intentando tranquilizar a su familia.

Cristina era la única que permanecía callada. No decía nada.

Nadó hacia un salvavidas y se lo llevó a su hermano y después cogió otro para ella. -Menos mal que mi madre nos apuntó a clases de natación dos veces por semana. –Pensó Cristina.

Cinco horas llevaban en el agua cuando, a lo lejos, Pedro, vio algo que le llamó la atención. Parecían ramas de árboles. Estaban lejos, pero las olas los llevaban en aquella dirección.

Todos se alegraron mucho y nadaron lo más rápido que pudieron hacia allí. Sí, poco a poco, se acercaron y descubrieron que era una pequeña isla con una gran montaña en medio. Tardaron una hora más en llegar a la isla. Al fin tocaron la arena de aquella playa tan bonita. Y se quedaron acostados en ella para descansar un rato. Estaban agotados.

Tenían hambre y sed. Pedro se levantó, e intentó andar hacia el interior de la isla pero las piernas todavía las tenía cansadas. Poco a poco se recuperó y dijo: - Belén voy a ver si encuentro alguna cosa para comer. Quedaros aquí mismo y vuelvo enseguida.

Pero nadie quiso que su padre se fuera solo así que poco a poco, como pudieron, caminaron con él.

Encontraron fruta y comieron un poco.

Belén, que era muy previsora, sacó su móvil de una funda plastificada que había comprado para la playa. Pensó que se habría mojado pero Oh!! Qué alegría, estaba intacto y funcionaba, así que llamaron al número de urgencias que tenía anotado y les contestó una voz muy amable. Le contaron lo que les había sucedido y la voz amable les dijo que en ese mismo instante daría la orden de salir a buscarles pero que seguramente tendrían que pasar la noche en la isla ya que llevaría algo de tiempo encontrarlos.

Respiraron profundamente y muy contentos, se pusieron a construir una pequeña casa-refugio para pasar la noche. Pensaron que la harían encima de un árbol, aprovechando que los árboles eran enormes y tenían muchas ramas. Así si había animales un poco peligrosos estarían más resguardados. Pedro y Belén harían turnos para hacer guardia.

Recogieron un poco de fruta más para cenar. Encontraron plátanos y naranjas y antes de que se hiciera de noche ya estaban preparados para irse a dormir. No estaban muy cómodos pero Cristina y Jorge estaban muy cansados y durmieron toda la noche de un tirón.

Empezaba a despuntar el día, cuando Cristina se despertó sobresaltada. -¿Habéis escuchado ese ruido? –preguntó.

- Yo no he oído nada –dijo Jorge medio dormido.

- Ha sido como una explosión muy fuerte –dijo Cristina.

- A ver si es el equipo de rescate –dijo Pedro.

- Puede ser, -dijo Belén, aunque me parece muy rápido.

- Salgamos a ver qué es –dijo Cristina, -tendremos que hacer un gran letrero en la arena como en las películas para que nos vean.

- Y una hoguera grande, -dijo Jorge.

Salieron todos corriendo y bajaron del árbol-casa pero no

vieron nada en la orilla del mar ni en el aire.

Qué habría sido ese ruido, pensaron todos sin decir nada. Había sido muy fuerte, pero no se veía nada extraño.

Vamos a comer unas naranjas, -dijo Jorge.

Nunca le habían gustado las naranjas pero a partir de ahora, no diría que no a nada.

De pronto, un olor muy fuerte a quemado les llegó a los cuatro a la vez. ¿Qué es ese olor? Se preguntaron. Miraron hacia el cielo, y Oh!! Menudo susto se llevaron. El corazón les iba a mil por hora. De la cima de la gran montaña salía una columna de humo negro y otra explosión provocó un ruido impresionante. ERA UN VOLCÁN QUE ESTABA A PUNTO DE ESTALLAR.

Jorge empezó a llorar y Cristina estaba muy nerviosa. La madre tenía mil pensamientos en la cabeza y Pedro no sabía qué hacer en aquel momento.

- Corred hacia la playa - gritó Belén. Y salieron corriendo los cuatro. Una vez allí llamarían otra vez a la voz amable del día anterior.

Se pararon en seco al ver cómo, de la gran montaña, un río de lava y piedras salía y bajaba rápidamente a muchos kilómetros por hora. Tenían que meterse en el agua y nadar lo más lejos que pudieran ya que la lava y el fuego avanzaban muy deprisa.

De repente, llegaron a la orilla de la playa y oyeron un ruido que no parecía una explosión. ¡Era el helicóptero de rescate!.¡Los habían encontrado! ¡Parecía un milagro!

El helicóptero paró encima de ellos y tiró una escalera de cuerda a la cual se agarró Pedro. Primero ató a Jorge y a Cristina y poco a poco empezaron a subir la escalera. La lava continuaba su camino hacia la orilla. No tardaría en alcanzarlos.

- Más aprisa, -gritaba Pedro.

- Aprisa por favor, -gritaba Belén, muy asustada.

Cuando los dos niños estaban arriba, tiraron la cuerda, pero

cuando estaban a punto de subir Belén y Pedro, otra explosión del volcán hizo que el helicóptero moviera demasiado la escalera y cayeron los dos al agua.

- ¡¡Socorro!! – Gritaron los dos a la vez.

- No podemos coger la escalera. Está demasiado lejos.

La lava estaba ya muy cerca y estaban demasiado nerviosos.

La escalera se les resbalaba porque tenían las manos mojadas. No podrían conseguirlo.

Volvieron a intentarlo. La lava estaba llegando y ya estaba entrando en el agua del mar. Corrieron una vez más y se tiraron contra la escalera y levantando las piernas consiguieron balancearse. El fuego pasó por debajo de sus pies sin tocarlos apagándose poco a poco conforme entraba en el mar.

El helicóptero voló despacio y enrolló la escalera para que pudieran subir los padres de Cristina y Jorge que estaban llorando de emoción.

Todavía no creían lo que les había pasado. Cuando entraron los padres, se abrazaron llorando y riendo a la vez. Estaban salvados. Lo habían conseguido. Y allí a lo lejos aún se veían las explosiones del volcán que poco a poco acabaría escondiéndose con la isla debajo del agua para no asustar nunca a nadie más.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Fin.