APARTADO DE JUEGOS TRADICIONALES
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miércoles, 25 de marzo de 2009
miércoles, 18 de marzo de 2009
EL DRAGÓN "DRANINO" Y SUS AMIGOS

Los amigos de Dranino pensaron que tenían que encontrar una solución para acabar con el problema, ya que el dragón estaba muy triste porque no le gustaba que, los vecinos de Talín pensaran que era un dragón malo. Pablo pensó: - podríamos ponerle una manguera en la boca y así, cada vez que vinieran las llamas abrimos el agua de la manguera y ¡ya está!, el fuego se apagaría y Dranino no quemaría nada.
Intentaron hacer lo que Pablo había pensado pero no funcionaba ya que cuando iban a abrir el grifo, el fuego ya estaba saliendo por la boca y quemaba la manguera.
Después a Carlos se le ocurrió otra cosa: cuando Dranino fuera a sacar el fuego que tenía dentro, le taparían muy fuerte la boca y se lo tragaría y con la saliva lo apagaría. Ya está, esto si que era fácil pero, hubo un problema: que a Dranino le entraba una tos muy fuerte cuando se tragaba el fuego y se quemaba la garganta. Había que pensar más. Pero pensaron y pensaron y no encontraban ninguna solución. Entonces a Jaime se le ocurrió una cosa: llevarían a Dranino a la playa.

Allí no podía chamuscar nada, estaría al lado del mar y ellos le irían a visitar muy a menudo. La playa estaba a media hora de Talín. Llegaron y empezaron a hacerle una casa a Dranino, que no estaba muy contento con la idea pero reconoció que era la única esperanza que le quedaba. Allí solo había arena, rocas y agua salada y no había ningún peligro.
La casa quedó preciosa y los amigos de Dranino se despidieron de él hasta otro día.
Cuando volvieron encontraron al dragón acostado y llorando cerca de la orilla del mar. Estaba muy triste y deprimido. No estaba acostumbrado a estar solo y quería jugar y reír con sus amigos. Pablo y Marta no quisieron que Dranino se quedara ni un día más allí. La playa era un sitio ideal para él pero se encontraba muy solo. No había nadie con quien divertirse.
Llegaron a Talín y se pusieron a pensar día y noche. No se fueron hasta que no encontraron una solución: compraron en la farmacia unos caramelos de pica-pica que tenían gusto a coca-cola. ¡Esto sí que funcionó!. A Dranino le gustaban mucho. Cuando tenía que sacar el fuego se comía un caramelo de cola y rápidamente se enfriaba el ardor que subía por su garganta y ya no quemaba nada. Todo el mundo estaba contento, y así vivió con sus amigos en Talín sin molestar a nadie más.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Fin.
lunes, 9 de marzo de 2009
EL ERIZO Y EL ROSAL

Érase una vez un rosal rojo muy bonito que vivía en el porche de una casa de campo muy muy grande. Vivía muy tranquilo y disfrutaba de un trato muy agradable por parte de la dueña de la casa, que lo regaba como a él le gustaba, le daba abono especial para rosales, y lo mimaba un montón.
Un día, los dueños decidieron irse a vivir a la ciudad, y, de repente, el pobre rosal se encontró solo y abandonado.
Estaba aburrido en sus pensamientos cuando, de pronto, apareció por allí un gatito que parecía querer hacer un agujero en la tierra, para hacer pipi. El rosal lo vio y se puso muy nervioso. No sabía qué hacer y lo primero que se le ocurrió fue mover un poco el tronco donde tenía un pincho pequeñito y pimm, pimm, rozó al gatito y el pobre huyó deprisa muy asustado.
En unos instantes apareció un escarabajo. Le pareció que la tierra del rosal era un buen escondite para quedarse a vivir y empezó a rascar pero, de pronto, notó que algo se movía. Era otra vez el rosal que había sacado el tronco con el pincho y pimm, pimm, tocó al escarabajo que se fue corriendo hacia otro lugar.
Había pasado sobre media hora, cuando pasaron dos hormigas que iban recogiendo comida para su hormiguero. Vieron la sombra del rosal y se pararon a descansar mientras charlaban y se reían. El rosal, que estaba dormido en ese momento, se despertó sobresaltado con las risas de las hormigas y muy enfadado, movió su tronco y el pincho y, pimm, pimm, rozó a las hormigas que salieron corriendo muy enfadadas y doloridas.
Así, había llegado ya la noche, cuando algo junto al rosal pasó sin hacer ruido y se paró a dormir justo al lado del tronco que tenía el pincho.
El rosal, que ya se lo había tomado como un juego, movió el tronco hacia el animal que se había parado allí, y pimm, pimmm, ¡¡¡aaaaayyyyy!!! Gritó el rosal , sin saber qué pasaba. Le habían pinchado muy fuerte en un lado del tronco. Qué sería aquello que le había hecho tanto daño. OOOOHHHH!!! SORPRESA!!!
Era un ERIZO!!! Los erizos son animales que sacan sus púas o pinchos cuando se sienten atacados y se envuelven en ellas.
MORALEJA: Nunca hagas a los demás, lo que no quieras que te hagan a ti mismo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.